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La lucha histórica de la Sección 65 que transformó a Cananea
Escrito por: Martha Chávez
Cananea, Sonora, a 30 de diciembre de 2025.- La huelga de la Sección 65 del Sindicato Minero, iniciada en el verano de 2007 y concluida formalmente este diciembre de 2025, permanece como uno de los episodios más profundos y complejos en la historia de Cananea.
Con una duración de casi 18 años, este conflicto trascendió lo laboral para impactar el tejido social y económico del mineral.
Según la cronista María del Carmen Figueroa, el inicio de esta etapa estuvo marcado por una inédita división interna que fracturó la unidad característica del sindicato.
A diferencia de movimientos previos, el surgimiento de desacuerdos entre trabajadores dentro y fuera de la mina condicionó el rumbo de la huelga y alteró para siempre la dinámica de la ciudad, dejando una huella de resistencia que hoy forma parte de la memoria colectiva regional.
Durante casi dos décadas, el conflicto impuso un alto costo humano marcado por la incertidumbre económica y la disolución de núcleos familiares.
En este escenario, el papel de las mujeres fue el pilar fundamental de la lucha, esposas, madres e hijas, junto a figuras emblemáticas como Mercedes García, sostuvieron la lucha mediante la solidaridad comunitaria y el acompañamiento constante.
A pesar de que la huelga fue declarada ilegal en 2009, la determinación de los mineros, respaldada por organizaciones nacionales e internacionales, mantuvo el movimiento vivo. No obstante, el desgaste fue severo, documentándose casos de migración forzada, viudez y fallecimientos de compañeros que no lograron ver el desenlace de la causa que defendieron con firmeza.
El pasado 17 de diciembre de 2025 se firmó finalmente el acuerdo que puso fin a la huelga con el respaldo de aproximadamente 420 trabajadores.
El convenio contempló el pago de salarios caídos, liquidaciones y, por primera vez, el acceso formal a servicios médicos para los afiliados, representando un avance significativo en la dignificación de los mineros.
Para muchos, este acuerdo es un acto de justicia necesaria, aunque persiste la reflexión sobre si la compensación alcanza a cubrir el sacrificio de toda una vida en la línea de fuego.
La historia de la Sección 65 invita a honrar la memoria colectiva y a no olvidar el costo social de las luchas obreras.
Mientras las nuevas generaciones se perfilan como el relevo laboral en Cananea, queda el reto de garantizar igualdad de oportunidades y empleos dignos en su propio territorio. Esta huelga es un testimonio de resiliencia que recuerda a México la importancia de la justicia laboral y la empatía humana.
Al concluir este largo episodio, el mineral mira hacia el futuro con la esperanza de que las lecciones aprendidas fortalezcan la unión comunitaria y aseguren un porvenir más equitativo para las familias cananenses, manteniendo viva la llama de una resistencia que nunca se rindió.




